Dos ráfagas y una cita

Escribo para ponerle fecha a lo escrito,
para saber que es ahora y que estoy vivo.
Me sorprende pensarlo:
es ahora y estoy vivo.
01/01/2000, 4:32 horas

Trozos de cielo caen en tus labios,
Y yo los muerdo, los bebo,
Y me vuelvo eterno.
Trozos de pasado y futuro
Son tus manos.
Y así vivo: sumergido
En el recuerdo más dulce
De lo que aún no es.
26/12/1999

"El placer se encuentra primero en
la ilusión y después en el recuerdo"
Julian Barnes

El tiempo

Sentir que resbala,
sin dolor,
sin la urgente
necesidad de usarlo.

Sentir que pasa
como una caricia
leve de tu mano
sobre mi pelo.

Cada cosa a su tiempo

Creía que buscaba
un vacío en el que despeñarme,
un clavo ardiendo,
a alguien para alimentar
mi hambrienta y
salvaje vanidad.

Creía que te buscaba
como única cura posible
a una extraña enfermedad
de efecto devastador.

Creía que te buscaba
para poder encontrarme.

Pero casi nunca los planes
salen como uno espera,
y a veces es mejor:
Tuve que despeñarme solo,
en más de un millón de acantilados,
y agarrarme a mil solitarios clavos
-ardientes y fieles clavos
con cuerpo humano-.
Sí, y torturarlos, creyendo a veces
que eras tú,
que eras tú a quien destruía.
Y puede que lo fueras,
pero yo aún no era yo.

Tuve más tarde que vencer a puñetazos
a la vanidad y a la hipocondria,
lavarme las heridas,
enseñarme a sonreir.
Simplemente: aprendí a ser.
Luego te vi.
Después te quise.

Y... La luna

Todo el mundo habla bien
de la luna
redonda,
llena
como un feliz
glotón recién nacido.
Infantil,
humana,
mira fijamente
a los ojos
hasta volvernos
locos.

Sobre la rectitud y la rigidez

Christopher Isherwood en "Adiós a Berlín", o mejor, su personaje Bernhard Landauer dice: "Es posible que nosotros los bárbaros necesitemos un uniforme para mantenernos tiesos". En cierta manera creo que eso le pasa a mucha gente, se asustan de la libertad -incluso de la propia- y crean normas para protegerse de ellos mismos, de su propia naturaleza, confundiendo la rectitud con la rigidez. La rectitud de una ética honesta contra la rigidez de unas normas morales inflexibles pero claras y fáciles de llevar a la práctica.